El trabajo en terapia comienza con una entrevista inicial, primera toma de contacto en la que recogeremos la información necesaria y más inmediata para poder empezar a trabajar. Las sesiones se llevan a cabo con una regularidad acordada que garantice la efectividad de la terapia.
A través del diálogo, la escucha y ejercicios que favorecen la toma de conciencia, examinamos los mecanismos con los que dificultas tu bienestar, los “automatismos” que dirigen tus emociones y los modos de pensar que favorecen el estancamiento.
El terapeuta acompaña tu camino respetando el ritmo de tu proceso y tus necesidades individuales.
En el enfoque gestáltico, paciente y terapeuta se sitúan al mismo nivel, de manera que no se considera al terapeuta como experto que toma las decisiones, si no como un acompañante que favorece la conciencia.
Entendemos que el carácter se origina como una estrategia que trata de facilitarnos la vida y que termina convirtiéndose en la rigidez que nos la dificulta, ya que lo que fue válido en el momento concreto de su cristalización no sigue siéndolo durante toda la vida frente a circunstancias nuevas.
Al mismo tiempo, es nuestro carácter la herramienta que nos facilita descubrirnos a nosotros mismos, pues son las dificultades que nos plantea y nos llevan a cuestionarnos, lo que nos permite ampliar nuestra perspectiva.
Tomar conciencia de dónde te encuentras, es el primer paso para aprender a avanzar de una manera saludable y respetuosa contigo mismo y tus deseos.